Los Acantilados del Infierno son uno de esos rincones hermosos, paraíso de leyenda, que merece la pena descubrir, situados en un entorno sobrecogedor de la costa asturiana, entre Llanes y Ribadesella.
Iniciamos la salida en la localidad llanisca de Llames de Pria (40 m), siguiendo la carretera, que en dirección S se dirige al núcleo rural de Cuerres, en el primer cruce de caminos tomamos el de la derecha, que nos marca el camino de Santiago y que baja en dirección al río Guadamía. Cruzamos un puente medieval tomando un sendero que va paralelo al río que nos lleva al molín del Picu; allí el río se estrecha contra un paredón calizo y coge velocidad.
Continuamos, cambiando varias veces de margen del río, caminando entre numerosas fincas que jalonan el camino, más adelante encontramos el molín y puente Toskila cuyo arco cobija una ruidosa cascada. Seguimos hacia la playa de Guadamía por el Vau de la Arena hasta alcanzar la Xiatera, donde el río se calma y pierde velocidad, se suceden numerosas curvas, pequeños meandros que nos conducen a la desembocadura y comienza el arenal de la playa. Con marea baja, por la izquierda, encontramos una escalera por la que llegamos al área recreativa de Cuerres y a los acantilados de Castro Areñes. Con marea alta se llega a este lugar por un camino desde el pueblo de Cuerres.
Al otro lado de la playa de Guadamía vemos los acantilados donde se encuentran los conocidos bufones de Pria; cuando hay temporal y el mar rompe con fuerza sobre las rocas, se produce un curioso y espectacular fenómeno natural.
Hacia el O seguimos un camino que recorre la costa, pasamos por Tuzarrizu, acantilados de rocas blancas calizas algunas con formas geométricas, si no fuera por la presencia del mar nos haría pensar que estamos en algún lugar de Picos de Europa.
Llegamos a uno de los lugares más bonitos de la ruta, acantilados de Tomasón, preciosos, esculpidos por la fuerza del mar, dando lugar a gigantescos arcos de roca suspendidos sobre el mar; un islote que surge de las profundidades y pequeñas penínsulas que dan cobijo a numerosas aves como gaviotas que anidan en sus paredes. Continuamos por caminos donde alternamos pradería con formaciones rocosas llegando a uno de los puntos más espectaculares del recorrido, el arco monolito rocoso de la ensenada de Oliencu, uno de los más bonitos de la costa asturiana.
Seguimos disfrutando de esta costa tan quebrada y caliza llena de islotes, puentes de roca y otras formaciones kársticas. Nos acercamos al extremo de un pequeño cabo, disfrutando de las vistas sobre Islotes Palo Verde y Palo Pequeño, un conjunto paisajístico de gran belleza, los acantilados son frecuentemente golpeados por las olas tallando arcos y cuevas en las rocas, auténticas esculturas naturales.
Seguimos la línea de costa pegados a estos espectaculares Acantilados del Infierno, muy cerca se encuentra la playa de Arra, protagonista principal de un proyecto de investigación que pretende desvelar las formaciones kársticas del Jurásico Asturiano, su estudio resulta clave para comprender el origen de Asturias y la Cordillera Cantábrica.
Continuamos nuestro camino al NO, hacia la muy próxima localidad de Ribadesella (6 m). Villa histórica de la Costa Oriental de Asturias; al final del paseo de la Grúa un sendero nos permite subir a la ermita V irgen de la Guía. Desde aquí se domina la entrada al estuario del Sella, siendo el mejor balcón panorámico sobre la ría y su entorno; aquí ponemos punto final a esta salida.
Mapa descriptivo de la ruta
Información GPX
Elevación máxima: 13 m
Elevación mínima: 13 m
Ascenso total: 0 m
Descenso total: 0 m
Tiempo total: 00:04:00