Iniciamos la ruta en la localidad allerana de Murias (580 m), junto a un cartel informativo, donde tomamos una pista que discurre por el PR–AS 295 hacia el SE, con un ligero descenso nos conduce al interior de un bosque de ribera formado por robles, castaños, hayas y avellanos; más adelante cruzamos el río Negro por un puente, giramos a la izquierda para comenzar una empinada cuesta, luego la senda llanea, se va estrechando con los grandes árboles formando un pasadizo natural, comenzando un descenso por un tramo donde han habilitado unos escalones, con el murmullo del agua del río Negro muy cercano.
Tras poco más de un km llegamos a un puente de madera sobre las aguas del río Xurbéo que nos ofrece una preciosa cascada al precipitarse desde más de 20 metros de altura, con caída abierta de agua sobre fondo de roca oscura. Regresamos, de nuevo por el mismo camino al inicio en la aldea de Murias para realizar una parte de la «Ruta de las Fuentes».
La aldea de Murias está situada sobre la ladera meridional del pico Curriellos, su iglesia parroquial venera a Santa María, patrona del pueblo, tiene también una ermita; Virgen de las Nieves, originaria del año 1636, anteriormente estuvo bajo la advocación de San Luis.
Murias está ligado a la ruta jacobea y cuenta con la presencia de otra ermita situada a las afueras del pueblo, la de San Andrés, actualmente en ruinas. Otro elemento histórico en Murias es el edificio de las escuelas, que se apoya sobre los cimientos de una colegiata de finales del siglo XVIII.
Caminamos por la parte superior del pueblo, donde se respira la cultura rural basada en la arquitectura de hórreos, casas, hornos de pan (Murias llegó a tener 44 hórreos y 8 paneras). Recorremos las caleyas denominadas: La Sierra, El Carril, El Cantón y Pandiechu, hasta situarnos a las afueras, sobre la fuente «La Republicana», singular manantial construido en 1932.
Seguimos por la ruta jacobea que alcanza, en poco tiempo, el emplazamiento de la ermita de San Andrés, se sitúa unos metros más abajo del camino. La ermita tuvo su época gloriosa durante los siglos XVII y XVIII, disponía de un precioso retablo de nogal negro, actualmente ubicado en la iglesia de Murias. Recientemente apareció por sus alrededores una epigrafía cristiana de más de mil años de antigüedad grabada sobre una lápida. Durante el recorrido de esta senda hemos hecho un descubrimiento que pone de manifiesto los elementos históricos de este camino. Sobre una edificación en ruinas, a la vera del camino, aparece una cruz de los templarios así como otros signos de difícil interpretación.
El camino discurre ahora muy ceñido a la ladera, sin grandes altibajos, hasta llegar a un cruce de caminos cercano al núcleo rural de Arnizo, donde destaca un viejo lavadero público y una fuente que data de 1961. Remontamos un repecho que culmina en el crucero de la Vara, que dispone de una buena fuente. Nos desviamos a la derecha, llaneando ligeramente, por un paraje donde proliferan las praderías, en medio de las mismas se conservan las ruinas del poblado de Almerín, habitado siglos atrás. De su topónimo se desprende la conocida leyenda relacionada con el cercano Pico Moros, donde se describe una batalla librada contra los árabes.
Más adelante aparece, al pie del camino, el caserío abandonado de Los Corros, siguiendo la traza del camino llegamos a la carretera que da acceso a los Eros, un poco después alcanzamos el barrio del Cabanón.
Aquí ya por carretera descendemos hacia el SE, con hermosas vistas del valle para llegar al Otero (391 m), localidad perteneciente a la parroquia de Nembra .donde finalizamos esta salida.
Mapa descriptivo de la ruta
Información GPX
Elevación máxima: 13 m
Elevación mínima: 13 m
Ascenso total: 0 m
Descenso total: 0 m
Tiempo total: 00:04:00