Iniciamos esta salida en la localidad leonesa de Ciñera de Gordón (1060 m.), situada en el curso alto del Bernesga, en la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica. En su plaza principal tomamos una pista con dirección E., en poco tiempo llegamos a una bocamina que recrea el interior de una galería minera, haciendo las veces de un pequeño museo donde se muestran las herramientas que los mineros empleaban, con algún otro elemento en el exterior, como un vagón antiguo. La minería tuvo gran importancia en la comarca de Gordón desde mediados del siglo XIX, aunque hoy en día está en decadencia.
Continuamos en un cómodo caminar llegando a una casa abandonada, el camino desciende ligeramente hacia la izquierda encontrándonos con un pequeño puente de piedra de un solo arco sobre el arroyo de Ciñera o de Villar para adentrarnos en una angostura que esconde la ladera boscosa de Ciñera donde hay una pequeña área recreativa. Un puente de madera nos facilita la entrada al pequeño pero espectacular Hayedo de Ciñera.
El Hayedo de Ciñera está situado en plena Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, es un bosque donde predominan las hayas centenarias de hasta 30 metros de altura. Tiene un estado de conservación excelente aunque es muy frágil; en primavera y otoño este frondoso y enigmático hayedo adquiere su mayor belleza y colorido.
En el corazón del bosque, atravesado por el arroyo Villar, descubrimos una de la hayas más antiguas, denominada «Fagus», con una edad estimada de unos 500 años y más de seis metros de perímetro en la base, está catalogada como uno de los 100 árboles más singulares de España. El Hayedo fue declarado en el año 2007 el «Bosque mejor cuidado de España» por el Ministerio de Medio Ambiente y la ONG «Bosques sin Fronteras».
En su entorno es posible descubrir tres ambientes muy distintos. El bosque de hayas da cobijo a una nutrida comunidad de aves que encuentran alimento y refugio en estos frondosos árboles. Muy cerca de él, asentado en las laderas más soleadas, donde la sequedad ambiental es mayor, crece un bosque abierto de encinas. Por último el arroyo, el mismo que cruza el hayedo, ha esculpido una angosta garganta donde apenas sobreviven algunas especies de aves muy bien adaptadas a vivir entre estas paredes verticales de roca.
Al final del hayedo la frondosidad de la vegetación deja paso al roquedal y llegamos a otro puente, después de cruzarlo entramos en un estrecho desfiladero denominado Hoz de Villar que comunica Ciñera con el pueblo de Villar del Puerto, utilizado durante décadas por los mineros que iban a las minas de Ciñera de Gordón.
Avanzamos a través de la garganta que forma el arroyo Villar, mediante una pasarela de madera y acero, enclavada en la roca, que nos permite salvar el paso del cañón y disfrutar de sus vistas. La pasarela nos conduce por una sucesión de torrentes de agua y cascadas que forman pozas y piscinas naturales denominadas «Marmitas de Gigante», originadas por la caída del agua sobre la roca y la disolución química del lecho de caliza. El camino se empina, sigue unos metros la orilla izquierda del arroyo, cruza otro puente y, en mitad de un brusco repecho, abandona el arroyo para alcanzar lo alto del paso, al alcanzarlo el desnivel casi desaparece, seguimos una senda que nos acerca a la localidad de Villar del Puerto.
Un poco antes del pueblo giramos a la izquierda para caminar un tramo de carretera de montaña que nos lleva a la collada de Villar, desde aquí podemos acometer la fácil ascensión al Pico Los Truébanos (1333 m.), esta modesta cima goza de estupendas vistas. Regresamos de nuevo a la collada de Villar y, por una senda de montaña, bajamos hacia la localidad de la Vid de Gordón (1067 m.), donde finalizamos esta salida.
Mapa de la ruta
Datos MIDE
Información GPX
Elevación máxima: 1397 m
Elevación mínima: 978 m
Ascenso total: 469 m
Descenso total: -384 m
Tiempo total: 03:16:11
Perfil de la ruta
Mapa
Imágenes de la ruta
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