Iniciamos esta salida en el Alto de la Llama (419 m), donde tomamos una pista ganadera que sale por el E, va remontando entre praderías y arbolado; pronto la pista se empina en una sucesión de revueltas, alcanzamos la fuente el Llovetu y la cabaña de Sames, asentada en una hermosa pradera; recorremos un tramo bastante llano para volver a tomar altura salvando el desnivel con varias revueltas, que van dando vista a tierras de los concejos de Colunga y Piloña, hasta alcanzar el Alto la Cruz. A partir de aquí el camino se suaviza, rodeado de praderías, donde abundan las matas de espino.
Llegamos a la hermosa majada de Espineres, lugar bello situado en una deleitosa vega, en la falda del Pico Maladín, con cabañas típicas de montaña, rodeadas de fresnos y espineras. Aquí se celebra, cada año, en el mes de Agosto, la fiesta del caballo asturcón.
Rebasadas las últimas cabañas, el sendero discurre hacia el NE, por praderías y roquedo, sin mucho desnivel alcanzamos la alargada Vega del Requexu, dejando a la derecha el Pico la Mua. Vamos dando un pequeño giro al N, tomando como referencia el Pico Mirueñu, que fácilmente identificamos por su forma casi piramidal y sus laderas descarnadas. Pronto llegamos a Follu Fresnu y al Campón, donde hay una hermosa cabaña junto a unos grandes fresnos. En un cómodo caminar por esta zona, con rincones de gran belleza (Pozu Forcán, el Campón, Espina Barbú,…), llegamos a la majada del Potril; paradisíaco lugar situado en la base del Pico Mirueñu, con cabaña, fuente y curiosa charca en forma de trébol.
Por la izquierda del Potril iniciamos una suave ascensión para alcanzar la cumbre del Pico Fontanielles (1041 m), con una amplia panorámica de la Costa Cantábrica, la Cordillera y los Picos de Europa…
Descendemos, de nuevo, a la majada del Potril y emprendemos el camino de regreso entre numerosos «jous» hasta llegar, de nuevo, a la Vega del Requexu, lugar donde hay un pescadero de caballos, hoy convertido en laguna artificial; seguidamente pasamos una zona de espineras y fresnos que nos acercan a la majada de Espineres. Desde aquí tomamos la amplia pista que nos conduce, en un prolongado y suave descenso, hasta el Alto de la Llama, donde finalizamos esta salida.