Iniciamos esta salida en las proximidades de la localidad de Canero (15 m), tomando un cómodo camino hacia el NO., que discurre junto al río Esva. Pasamos por el pequeño núcleo rural de Cueva y llegamos al amplio arenal de la playa de Cueva y desembocadura del río Esva. Seguimos por el arenal hacia el O., para subir por un sendero entre las rocas y alcanzar la atalaya occidental sobre la playa; amplio mirador sobre la ensenada de Canero, las playas de Bozo, el Cuerno, la Herbosa…
Seguimos una buena senda sobre los acantilados, con hermosas vistas sobre la isla de la Mansa y las formaciones rocosas de la playa de Picón o Huelga, hermosa playa de arenas doradas y cantos, prácticamente escondida en la misma punta del cabo. En bajamar, siguiendo los pedreros que se dirigen hacia la Punta Mosqueiro, alcanzamos la playa de los Molinos de Barcia; también podemos acceder a esta playa desde el núcleo rural de Caroyas por un camino de tierra. Extensa playa rectilínea orientada al nordeste y labrada al pie de elevados acantilados; desembocadura fluvial del arroyo Molino, formando una pequeña cascada.
Continuamos al NO., llegando al lugar conocido como el Chao, situado en el extremo de la playa de la Escaladina, playa de cantos, con forma de concha, con bellos pedreros muy frecuentados por pescadores. En la margen derecha hay unas formaciones rocosas con forma de bañera, utilizada para los baños.
A partir de aquí iniciamos un descenso, el camino se va estrechando y llegamos a la playa de Portizuelo, de cantos cuarcíticos, interesante por su paisaje de gran belleza que se enclava dentro del Paisaje Protegido de la Costa Occidental. Destaca por sus formaciones rocosas, muy conocidas, el Óleo Furao o Máscara del Diablo, que se alzan desde el mar al cielo y nos ofrecen hermosas puestas de sol, dando mucho juego, tanto a pintores como a aficionados a la fotografía.
Continuamos rumbo O., para acercarnos a la apacible villa marinera de Luarca, conocida como la Villa Blanca de la Costa Verde. Fue importante puerto pesquero desde la Edad Media, y conserva muchos vestigios de ese honroso pasado. Luarca forma una especie de anfiteatro en blanco que le da un aire celestial. Flanqueada por dos miradores, en el mirador de Chano, a los pies de la ermita de San Roque, nuestra mirada quedará prendada de tanta belleza: las playas, el puerto, el río Negro con sus siete puentes cruzando el corazón de la villa y, enfrente, el faro, la ermita de la Blanca y el cementerio, uno de los más bellos del todo el Cantábrico.
Destacamos en esta villa marinera la mesa de Navegantes y Mareantes, un lugar habilitado en Memoria de los antiguos marineros y navegantes que hicieron de Luarca un importante puerto y villa florecientes. Hoy día es considerada como la villa marinera con mayor tradición portuaria y pesquera de todo el Cantábrico.
Luarca también es una villa de Nóbel, y es que sus calles y plazas, sus paseos, atalayas, barrios, palacios y, en definitiva, muchos de sus rincones guardan recuerdos y anécdotas de aquel niño llamado Severo Ochoa que un día se convertiría en Premio Nóbel de Medicina.
Y así, en esta hermosa villa de Luarca (40 m), ponemos punto final a esta salida.
Mapa descriptivo de la ruta
Información GPX
Elevación máxima: 13 m
Elevación mínima: 13 m
Ascenso total: 0 m
Descenso total: 0 m
Tiempo total: 00:04:00