El Cañón del Escañoiro lo forma el río Molleda al encajonarse entre el pico Álvaro, pico Agudo y los montes de Grandellana. Para llegar hasta él, nos acercamos a Molleda en el Concejo de Corvera. Seguimos las marcas del PR-AS 49, Senda Verde del Agua, que desde esta localidad lleva a Pillarno. Continuamos por este valle y después de pasar debajo de la autovía llegamos a Entrialgo, siempre al lado del río Arlós. Después de un grupo de casas con hórreos podemos ver a la izquierda, junto a un puente, un jalón del Camino de Santiago y poco más adelante una pista sale a la izquierda por entre unos eucaliptos, la cual tomamos.
Un poco más adelante, en una bifurcación, descenderemos por la izquierda hasta la orilla del río, caminando por una zona llana y amplia junto a unas recién taladas parcelas de eucaliptos, reduciéndose posteriormente la anchura de la pista, obligándonos a caminar por un estrecho sendero, a la vez que damos los primeros pasos por el encañonamiento. Allí, agua, roca y terreno empiezan a apretarse entre si. En algo menos de un kilometro habremos llegado a la presa que da lugar a la Cascada. Pegado al muro de la presa hay un ramal que nos permite subirnos al arco exterior de la canal. Por la derecha, el sendero se alza con permiso de un viejo castaño y atraviesa algún paso de pequeña dificultad hasta las escaleras que están al lado del emplazamiento de la antigua compuerta, viéndose aún los engranajes que la movían. La construcción de la presa y la canal duró tres años, entre 1948 y 1951. El canal, en algunos tramos tubería, llevaba el agua por el Barrio de la Luz, hasta las cercanias de la ría para abastecer a toda la población. Había un convenio entre el Ayuntamiento de Avilés, promotor de la obra, y los molineros del valle de Molleda para que se les dejase el suficiente sobrante como para mover ocho o nueve molinos que había aguas abajo.
La senda continúa aguas arriba, por un sendero resbaladizo, hasta el nivel del río. Pero para ver la siguiente cascada, ésta natural, de unos cinco metros de caída, necesitamos cruzar el río a pie en algunos sitios, y en otros hacer alguna “pequeña trepada”, dado lo inaccesible de este lugar maravilloso -el mejor del cañón- donde el agua se remansa ante un improvisado muro de piedra que eleva mínimamente su nivel.
Volvemos sobre nuestros pasos y seguimos las marcas de la Senda del Agua que, en dirección S., nos llevan a Xunceo. Después de atravesar la carretera CV-2 pasamos por Los Bravones y Las Murias, desde allí podemos ver a lo lejos la Ermita de la Luz, Avilés al N. y al S. el pico Gorfolí.
Giramos al E. para volver a Entrialgo y dirigirnos a Molleda para visitar el Centro de Interpretación del Agua y finalizar aquí el paseo.