Iniciamos esta salida en el campo de Santa Ana, que recibe el nombre de la ermita que allí se encuentra. Aquí comienza una sucesión de fértiles vegas (Santa Ana, las Barcas, Murias), que culminan en el puerto de Maravio.
Junto a la ermita, tomamos una pista con dirección E. dejando a la izquierda una cabaña que parece incrustada en el monte y nos adentramos por un marcado sendero que entre vueltas nos va arrimando a la sombra del monte para culminar en el collado Cantu Pandiella. Desde aquí por cualquiera de los múltiples senderos de ganado alcanzar la cumbre de la Peña Sala (1225 m.). Su situación nos deleita con una hermosa vista: la Siella y toda la sierra de Sobia, la sierra del Aramo, todo el valle de Teverga con el macizo de Ubiña al fondo, el cordal de la Mesa y montes de Somiedo, la sierra de Gradura, los picos Lobio, el Cuervo, Caldoveiro,…
Descendemos de nuevo hacia el collado Pandiella; por un sendero que serpentea nos introducimos en los pastizales del valle Xistreo dando cara al murallón calcáreo del Lobio; alcanzando el collado el Cunquín, que nos da paso a los sucesivos repechos rocosos que culminan en la cúspide superior de toda la sierra: Pico Lobio (1363 m.). Desde esta maravillosa atalaya se pueden contemplar tierras de Teverga y gran parte de Proaza, por su vertiente occidental discurre con toda su belleza el puerto de Maravio.
Por el O. descendemos hacia la braña de Ordiales, a la fuente Bustiello para tomar en la braña Antelacueva una pista que nos conduce a Piedrallonga y finalmente llegar de nuevo a la ermita Santa Ana.
